Hacer políticas de progreso no tiene nada que ver con remunicipalizar empresas

Algunos ayuntamientos gobernados por los “nuevos” partidos, o coaliciones electorales “populistas”, ideológicamente de marcado carácter izquierdista, están empeñados en caminar hacia atrás, como el cangrejo, y en contra de lo que aconseja la experiencia y el sentido común (el menos común de los sentidos), y pretenden remunicipalizar algunos servicios públicos que en los últimos años están gestionados, y bien gestionados, por empresas privadas que accedieron a dicha gestión compitiendo legalmente en los correspondientes concursos convocados por esas propias administraciones locales.

En este caso se encuentra actualmente el Ayuntamiento de Valladolid, gobernado por el PSOE (con el apoyo de otras formaciones políticas nuevas como Valladolid Toma la Palabra y Sí Se Puede), que ha anunciado su intención de remunicipalizar el servicio integral del ciclo hidráulico, desde hace dos décadas gestionado por la empresa Aguas de Valladolid.- Ésta se ha encargado los últimos veinte años de la gestión tanto de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) y toda su red de alcantarillado y distribución a las viviendas, como de la Estación de Tratamiento de Aguas Residuales (ETAR) y el control de vertidos, la depuración de las aguas residuales, y la gestión de abonados.

Este servicio se viene prestando nada menos que a unas 350.000 personas residentes en la capital vallisoletana, así como de varias poblaciones limítrofes, contando el sistema con dos plantas de potabilización, una estación depuradora de aguas residuales, y un laboratorio, tanto de control de vertidos como de la calidad del agua destinado al consumo humano.

El agua potable distribuida alcanza los 29 millones de metros cúbicos al año, y proviene tanto del Canal del Duero como del Canal de Castilla, agua que se conduce a través de una red de más de 660 kilómetros (la red de alcantarillado tiene una longitud superior a los 770). Además, y tras el oportuno tratamiento de las aguas residuales en las citadas estaciones, ésta se devuelve debidamente tratada al río Pisuerga.

La actual plantilla de Aguas de Valladolid supera el centenar y medio de trabajadores, que en estas dos décadas han disfrutado de la debida estabilidad laboral, situación que se ha cambiado por una gran incertidumbre en el futuro por culpa de la decisión anunciada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento pucelano, preguntándose qué va a ser de ellos en caso de que se remunicipalice este servicio público, uno de los más importantes y sensibles de cualquier localidad.

En dicho supuesto, todos los informes jurídicos coinciden en señalar que para acceder a la nueva empresa municipalizada los trabajadores tendrían que superar algún tipo de prueba a través de la correspondiente convocatoria pública, como es natural. Además, deberán trabajar 37,5 horas a la semana, frente a las 35 que hacen en la actualidad.

Preocupación en FICA-UGT por el futuro de los trabajadores

Gustavo Vargas, responsable nacional de FICA-UGT, ha reconocido públicamente su preocupación por la incertidumbre que este anuncio del Consistorio vallisoletano ha provocado en los trabajadores de Aguas de Valladolid y la posible inestabilidad laboral que puede acarrear una medida de estas características no sólo en la capital pucelana, sino en cualquier municipio del Estado español, donde trabajan unas 45.000 personas, cuyas plazas tendrían que salir a concurso público en caso de la remunicipalización de las empresas privadas que ahora gestionan estos servicios.

Por si fuera poco, en los sindicatos son conscientes de que la situación de los trabajadores de este sector pasaría a depender directamente de las decisiones particulares de los partidos políticos que gestionen en cada momento esos municipios, estando permanentemente sujetos a los sucesivos vaivenes e intereses partidistas de quienes tengan la responsabilidad de gestionarlos.

Esta natural preocupación de los trabajadores por su futuro laboral les ha llevado a movilizarse en las redes sociales, creando su propio blog, en el que se van colgando todas las noticias, colaboraciones y opiniones relacionadas con esta cuestión, donde se puede apreciar que la situación que se les ha pintado y prometido por el equipo de gobierno municipal vallisoletano no es nada clara, sino todo lo contrario, con numerosas interrogantes por resolver sobre el ámbito legal y laboral que les espera.

Las direcciones, dentro de la red, a las que pueden acudir los directamente afectados, o cualquiera que esté interesado a título informativo sobre esta cuestión, bien para conocer las últimas informaciones, bien para dar su opinión o aportar sus planteamientos, son: http://aguavalladolid.blogspot.com.es/2017/04/sos-trabajadores-aguas-de-valladolid.html. O bien en @agua_valladolid

Las empresas públicas no son garantía ni sinónimo de estabilidad

Es obvio, y así lo avalan todos los estudios y la experiencia en la gestión, que las empresas públicas no son en ningún caso garantía ni sinónimo de estabilidad. Más bien al contrario. Incluso la propia concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento vallisoletano ha reconocido que los trabajadores de Aguas de Valladolid no tienen asegurados sus empleos si finalmente se remunicipaliza la empresa. La Ley de Presupuestos Generales del Estado 2017 impide que un ayuntamiento contrate a trabajadores de una empresa remunicipalizada, por lo que pasarán a ser trabajadores “indefinidos no fijos”, con todo lo que ello significa de inestabilidad e incertidumbre sobre su situación laboral presente y futura.

El periódico regional El Norte de Castilla realizó recientemente un sondeo entre los vecinos de la capital sobre este cambio en la gestión y la remunicipalización de Aguas de Valladolid, dando como resultado que una mayoría de consumidores no cree que el agua vaya a ser ni más barata ni de mejor calidad. Incluso algunos apuntan a que se trata sencillamente de una estrategia política del actual alcalde socialista, Óscar Puente, y no una demanda de la ciudadanía. Por si fuera poco, un porcentaje elevadísimo de encuestados (en torno al 90%) reconocen no haber tenido problema alguno con el suministro de agua.

Mejor funcionamiento, más calidad, y precios competitivos

Aguas de Valladolid ha demostrado que en las dos décadas que ha gestionado el ciclo hidráulico integral en la capital pucelana se ha modernizado y por tanto mejorado notablemente el funcionamiento de este servicio público, haciéndolo cada día más eficiente, como lo avala la general satisfacción de los ciudadanos y consumidores, quienes reconocen abiertamente los grandes avances conseguidos por este servicio, demostrándose incluso que esa eficiencia y buena gestión han posibilitado que el precio por la utilización del mismo se hayan congelado en los últimos años, como ocurre en muchos municipios y ciudades. Incluso en muchos de ellos, durante la larga y fuerte crisis económica que nuestro país ha sufrido, han podido no sólo mantener las tarifas estos años, sino permitir rebajar precios a las familias con problemas económicos (en paro, o con sueldos muy bajos), o prestar esos servicios públicos de manera gratuita en aquellos casos de personas o familias en situación de desamparo total o de exclusión social.

Las ventajas de una gran empresa

Las empresas que se han especializado en gestionar todo tipo de servicios públicos en nuestro país, tanto en los grandes ayuntamientos como en los municipios medianos o más pequeños, han demostrado sobradamente que bajo la permanente supervisión de los correspondientes gobiernos municipales están realizando una gran labor, mejorando cada día estos servicios, modernizándolos y, sobre todo, haciéndolos más eficientes, sin que ello haya supuesto en absoluto un incremento injustificado de las tasas o precios públicos que esos ayuntamientos cobran a sus ciudadanos.

Por otro lado, estas empresas, que en muchos casos han adquirido una dimensión y estructura muy importantes, tanto en sus capacidades técnicas como económicas, han demostrado asimismo no sólo preocupación por mejorar cada día su servicio a los ciudadanos, sino de incardinarse e imbricarse perfectamente dentro de la sociedad a la que sirven, participando en muchas de las actividades sociales, culturales, o festivas, en las que se les invita a participar.

Es obvio también que empresas de estas características tienen muchas más facilidades y capacidades que una pequeña empresa municipal para poder acceder al mundo de la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) dentro de sus respectivos campos de actuación o especialización, lo que sin duda redundará en mejorar ese servicio prestado a los ciudadanos.