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Desde aquel 2 de maio de 1907 en Buenos Aires

Desde aquel 2 de maio de 1907 en Buenos Aires

Por Manuel Suárez Suárez
martes 02 de mayo de 2017, 10:02h

Los que conocemos el glorioso pasado del Centro Gallego de Buenos Aires estamos decepcionados y llenos de tristeza. Ahora mismo y con 110 años de vida está en proceso de liquidación. Llevo en mi corazón la emoción de la primera visita a la habitación 202 que fue donde murió Castelao. Fui de la mano del muy cordial Rodolfo Prada Chamocín a quien conocí en Montevideo cuando, invitado por el Patronato da Cultura Galega, vino a hablar sobre el arzobispo Lago González por el Día das Letras Galegas. Estuve muchas en la esquina de Belgrano y Pasco. Hablé con todos los presidentes desde la primera presidencia de Sánchez Millares. Tengo estado en varias ocasiones en el Instituto Argentino de Cultura Gallega, los sábados por la tarde, aprendiendo de los maestros Antón, Hixinio y don Bieito de Barallobre. Aquel Centro Gallego era la comprobación del triunfo del esfuerzo emigrante. Los emigrantes eran afortunados ya que tenían en el centro de la capital argentina un hogar propio con manantial y fogón.

No voy a hacer un resumen de la importante actividad desarrollada y de la enorme contribución al sostenimiento de nuestra identidad diferenciada. Los interesados pueden consultar la bien documentada “Historia del Centro Gallego de Buenos Aires” de la autoría del doctor Padorno. Quiero subrayar que el actual desastre non es fruto ni consecuencia de ninguna crisis económica de las habituales en la muy generosa República Argentina. El hundimiento tiene responsables que no deben ser buscados afuera sino dentro de la institución. Hay que centrar el problema y para eso tenemos que ir al hospital, es decir, a los servicios de asistencia médica. La caída en desgracia nace en el seno de la mutualista cuando desciende el número de asociados que por una cuota mensual tienen derecho a médico e internación hospitalaria. No hubo visión de futuro para especializarse al bajar de 50.000 a 10.000 socios. El dinero de la Xunta fue dilapidado en el pago de una administración paralela.

Los culpables tienen nombre y apellido. Son los miembros de las tres agrupaciones históricas (A Terra, Breogán, Celta) que abandonaron la Junta Directiva unos meses después de las elecciones celebradas el 29 de agosto de 2010. Esta traición a los ideales de los fundadores marca la caída de una entidad mutualista que posee un muy importante patrimonio edilicio con un hospital con capacidad para más de 300 camas. Los dimisionarios actuaron por venganza ya que sus respectivas agrupaciones apoyaran al candidato derrotado en las urnas. El presidente Vello Pombo recibió un inmerecido golpe bajo en un momento en que buscaba salir del bache mediante acuerdos con autoridades públicas y obras sociales privadas. Es necesario señalar que el ex presidente Juan Manuel Pérez mantuvo su compromiso con Vello y con el Centro Gallego. Los dimisionarios dedicaron sus esfuerzos a criticar con dureza a doña Cristina al tiempo que alababan a don Mauricio.

Me voy a adelantar un poco para llegar enseguida a donde quiero ir. Las cuentas eran deficitarias. Hubo que recurrir al auxilio del gobierno nacional para poder pagar los salarios. El 25 de octubre de 2012 asume un interventor judicial (La Blunda) que desea arreglar los problemas mediante la obtención de mayores ingresos. Las agrupaciones no lo quieren y no colaboran con un apersona honrada y responsable que da pasaos en el buen camino. No huno tiempo de ver los resultados. El cambio de gobierno trajo el 22 de abril de 2016 a un nuevo interventor (Moyano) que fue recibido con alegría por la mayoría de los miembros de las agrupaciones. El idilio duró muy poco a pesar de estar unidos por la fe macrista. El interventor cumple órdenes: acabar con premura con la mutualista de los gallegos. El gobierno nacional se conforma con empresarios delincuentes que fueron autorizados por las urnas para aumentar su patrimonio personal siempre cuando dejasen sin choripán a los votantes de Cristina.

El interventor busca un medio de privatizar que nos ea muy llamativo. Quiere ir de discreto. No lo consigue. El error fue organizar unas elecciones truchas ---fraudulentas--- con ciertas personas de la agrupación “Breogán” y otros candidatos que no eran socios. ¡No se puede ser más pelotudo! El apuro por privatizar lo lleva a un acto electoral ilegal que está denunciado en el juzgado. El interventor muestra su vena más oscura cuando invita al tristemente célebre doctor Bugueño. Es de suponer que los jefes lo están presionando. El tiempo pasa y no se concreta la coima. No veo otra explicación para la grave ofensa hecha a los emigrantes. Espero que pague el desprecio a los socios ya que es inmoral pagarle un viaje desde Madrid a un ex administrador que estafó a quien lo designó para un puesto de gran responsabilidad. Por ahora el interventor cuenta con la coraza protectora del régimen macricida pero sabe que tiene un plazo para hacer caja.

Mientras el interventor se chamuya unas matufias para ganar millones de pesos; la vida social va de mal en peor. Hubo muchos despidos pero también nuevos contratados para ejercer de matones delante de los socios que van a pedir cita médica. No se permiten las quejas. Así actúa el macrismo en todos los ámbitos sociales que están bajo su control. Si quedás sin empleo y prtestás recibís palos en el lomo que salen en la televisión que está trasmitiendo la inauguración de un fábrica de tubos metálicos en Texas, en la ciudad de Bay City. Lo más patético es ver aplaudir a varios conocidos de las agrupaciones del Centro Gallego. Le agradecen al presidente Macri que invierta en el exterior –dinero robado-- para dejar sin laburo a miles de trabajadores de la municipalidad de Campana. Son los mismos que votaron en contra de los más desfavorecidos. El voto del odio les fue devuelto en grandes dosis de apropiación indebida de un patrimonio que sudaron los muy solidarios antecesores.

Manuel Suárez Suárez

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