Tras 24 años de erradicada la difteria, se comenzaron a reportar personas contagiadas en el estado Bolívar. Estos brotes se deben al descontrol sanitario del gobierno, tanto regional como nacional; la corrupción en las empresas estatales productoras de vacunas, así como el ocultamiento de casos atendidos desde abril. Esta fue la conclusión a la que llegó el Correo del Caroní en un reportaje publicado este viernes.
En Venezuela el último registro de difteria data de 1992. Sin embargo, Francisco Rangel Gómez, gobernador de Bolívar, indicó recientemente la presencia de 13 casos, entre los cuales cinco fueron mortales.
No obstante, médicos del Pediátrico Menca de Leoni contradicen a Rangel Gómez: aseguran que 17 niños han muerto por la enfermedad desde abril, y el gobierno tiene conocimiento de ello.
Marisol Escalona, coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización del Ministerio para la Salud, confirmó los decesos y agregó que no podían hacer pública la información “para no dañar la revolución”.
Este miércoles el hospital pediátrico colapsó por la cantidad de pacientes con la patología. La directiva del recinto cerró sus puertas a fin de evitar un contagio masivo. Especialistas del municipio Guaicaipuro sospechan que la difteria pudo ingresar al país por la frontera con Brasil.
En el reportaje, el diario destacó que, según la memoria y cuenta de 2014, fueron vacunadas en dicho año más de 8 millones de personas.
“Hasta hace dos años eran importadas desde EE UU y Francia las vacunas contra la difteria. Podía ser suministrada en asistencia pública o privada. Ya no. Ahora las monopoliza y suministra de modo exclusivo Cuba y solo en módulos públicos, favoreciendo la exclusión”, denunció el diputado de la Asamblea Nacional Américo De Grazia.
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