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Incertidumbres e inestabilidad global mundial

Por Bernardo Rabassa
martes 22 de marzo de 2016, 15:47h

Según mi corresponsal Werner Stenzig la sociedad del futuro en los países occidentales está cambiando hacia la desaparición de las clases medias y del soporte familiar de las mismas. Sus características serán: 1.- Una “aristocracia” muy acaudalada con una alta capacidad de consumo. 2.- Un grupo numeroso de tecnócratas del conocimiento con rentas medio-altas que rara vez ascienden a la clase superior y sí corren un alto riesgo de diluirse en la masa. 3.- Una sociedad masificada de renta medio-baja que tiene su consuelo en una industria de bajo coste que garantiza el acceso a bienes y servicios en otro tiempo reservados a clases más acomodadas. 4.- Una clase media “proletarizada” con un escaso poder adquisitivo que consume bienes de primera necesidad.5 Una clase de los “sinsin” sin trabajo, ni estudios, ni capacidad de consumo viviendo de las subvenciones estatales. Naturalmente esto hace inestable la pirámide social, que va ampliándose por su base y afinándose en su cúpula.

La brutal crisis económica que ha padecido España no ha hecho sino acelerar la enfermedad irreversible de la clase media, ese grupo de ciudadanos que, según la definición clásica, ingresaba más de 20.000 euros y menos de 30.000 al año. Cada vez hay menos españoles en esa franja de ingresos, ya que desde que estalló la crisis, el salario en España se ha reducido una cuarta parte. Según la oficina de estadísticas europea Eurostat, en apenas ocho años el sueldo anual de una persona con un trabajo considerado de cualificación media ha bajado en 2.000 euros anuales. Ahora el español medio ya no cobra 22.000 euros, sino alrededor de 19.600 euros al año con tendencia a minorar. El modelo de vida que imperaba en Europa desde mediados del siglo XX -casa de tamaño razonable, educación para los hijos, sanidad pública y una pensión asegurada- se está convirtiendo en un dominio exclusivo de los ricos. Pregunten a cualquier jubilado que haya cotizado más de 40 años: le responderá con espanto que sus hijos, por los que tanto se sacrificaron, viven -y vivirán- peor que ellos.

En opinión de Federico Steinberg, Miguel Angel Benedito y Gonzalo Toca, a cuya conferencia acudí organizada por el Club de Roma el pasado 7 de Marzo, esta particular nueva organización social, esta imbricada con la inestabilidad global del Mundo en la que los crecimientos de los países asiáticos, consecuentes con los europeos y americanos se han moderado, y aun que no se pueda hablar de recesión, la verdad es que el futuro se presenta problemático, especialmente en Rusia y Brasil que antes formaban tándem con China e India en lo que se llamaban países emergentes.

Los países emergentes están sentados sobre una bomba de relojería que todavía tienen margen para desactivar. Pero la cuenta atrás ha comenzado. Muchos emergentes pueden presumir una deuda pública relativamente ligera en términos de PIB pero saben que eso nunca impediría una debacle financiera. Simplemente, se multiplicaría a toda velocidad hasta la asfixia si los ingresos de los tributos se desploman, los inversores salen corriendo y los bancos tienen que ser rescatados porque las empresas, muy endeudadas, ya no pueden devolverles el dinero. En esas situaciones extremas, se impone nacionalizar parte de la deuda privada para estabilizar la economía y, en pocos años, una deuda pública modesta se convierte en un lastre agobiante que exige un rescate del Estado o de una parte de su sistema financiero. En España lo saben bien, porque así es cómo su deuda pública pasó del 36% del PIB en 2007 a superar el 100% del PIB en 2015. Ese escenario puede repetirse a corto plazo en muchos países emergentes, pues, aunque su deuda pública es relativamente modesta, la de sus empresas, según las cifras del Fondo Monetario Internacional, se catapultó desde cerca de siete billones de dólares en 2008 hasta dieciocho billones de dólares en 2014. La mayor parte de ese torrente –alrededor del 80%– son préstamos denominados en moneda local. Los sectores más vulnerables son la construcción, la industria, la minería y la producción y extracción de petróleo y gas, porque ahí se encuentran los negocios con más posibilidades de quebrar en un contexto internacional donde ha descendido la demanda para las exportaciones de los emergentes, donde los precios de los combustibles fósiles se han desplomado contra pronóstico más un 40% en el último año y medio, y donde la retirada de los estímulos cuantitativos de la Reserva Federal estadounidense ya ha provocado una fuga de capitales y un ataque contra las monedas que se está agravando con la subida de los tipos de interés en diciembre y probablemente otra vez en marzo.

La incertidumbre, pues, viene determinada por el enfrentamiento y la razón de las escuelas economicistas de Keynes y Hayek, unas favorables al endeudamiento y la relajación a través de las subvenciones sociales, las otras más partidarias del mercado y por tanto de los recortes, no se puede gastar lo que no se tiene decimos los partidarios de la escuela austriaca de Popper y von Hayek. Otros los socialistas, de lo único que hablan es de subvencionar la pobreza , es decir la incapacidad de generar riqueza, el “surplus” que constituye el ahorro y que desde el invento de la economía en Ur mas de 3000 años antes de Cristo, venia representado por el trigo que sobraba en sus silos después de utilizar parte para comer y parte para sobrar, fue cuando lo que quedaba se podía vender o intercambiar por mercancías, algunos de los compradores, aceptaban tabletas de barro cuneiformes, como justificante del pago hecho por el trigo que se les adeudaba( eso fue el invento del dinero). ¡Bueno pues si gastamos más de lo que producimos y creamos instrumentos financieros virtuales, estamos creando una bomba que de estallar, nos obligará a empezar de cero, es decir de la pobreza absoluta, con la consiguiente quiebra de nuestras monedas , hoy en precario equilibrio mundial. A eso los Keynesianos le llaman economía colaborativa en unos modelos creados Jeremy Rifkin(la sociedad de coste marginal cero), Zygmunt Bauman (en el mismo barco) Erik Brinjlfsson( The second machine), Tyler Cowen(se acabo la clase media).

Hoy, gracias a todos estos filósofos y fabuladores del futuro, por creerles, hay muchos países en “default” es decir en quiebra, como nos ocurre a nosotros en Catalunya. Si no fuera por el estado central, en Europa por el Banco Europeo y en USA por la Reserva Federal ya podíamos ir rezando. Así pues Incertidumbre e Inestabilidad global mundial a todo pasto.

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