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¡Albricias!

¡Albricias!

Por Pascual Hernández del Moral

sábado 01 de agosto de 2015, 10:45h

Aunque yo no sea la ONCE, quiero darle mis parabienes a la señora PRESIDENTA por el feliz acontecimiento de su reciente maternidad. Y a ver si sigue nuestro ejemplo (el de mi esposa y el mío), que hemos tenido siete chiquillos. Muchas veces me he enorgullecido de nuestra fecundidad, y mis hijos se sienten muy felices de tener muchos hermanos, que se ayudan entre sí, que se sienten protegidos y resguardados, unos por otros en los malos momentos, que, por desgracia, no faltan. Un hijo, doña Susana, a mí no me parece suficiente, pero algo es algo.

No hace muchos días escribí en estas páginas la URGENTE NECESIDAD que tiene nuestra sociedad, de plantearse seriamente la renovación generacional, y que ello pasa por que tenga, al menos TRES HIJOS cada matrimonio en edad fértil. Podemos, pues, felicitarnos porque nuestra Presidenta haya contribuido con un vástago a esa regeneración. Claro, este es el primero, y espero que, aunque la amada Presidenta haya pasado los dulces años en los que preñarse y parir son cosa ligera, como todavía no ha llegado a la provecta edad en la que embarazarse puede resultar arriesgado, este sea el primero de muchos felices acontecimientos como el que celebramos. Aliento, pues, a la Presidenta y a su feliz esposo a que continúen por el camino de la procreación, hasta traer al mundo a los chiquillos que le tocarían, en justicia, para renovar la población.

Además, por ahora y mientras los andaluces quieran, la familia de doña Susana no tiene porqué pasar dificultades. Su hijo, gracias a Dios, no engrosará la estadística de los miles de malnutridos que nos cuenta la señora Carmena, de los que, por cierto, sólo el 7 % van a comer a los comedores habilitados al efecto (se conoce que los otros que no van a comer, o no la han dicho nada, o no se han enterado o no están tan famélicos como la alcaldesa de Madrid dice).

Y, para dar una lección a los Barden y demás comunistas de pacotilla, que alardean de progresistas e igualitarios, pero en paren en esos hospitales carísimos de Nueva York, nuestra presidenta ha parido en la SEGURIDAD SOCIAL. ¡Olé sus narices! No sé si el hospital es privado con gestión pública, público con gestión privada, o publico-público. En cualquier caso, la elección es una muestra de modestia, y haber parido en la pública la honra, porque supongo que tiene dinero suficiente, no para asar una vaca, pero sí para parir en un hospital privado, aunque quizás no tanto como la Penélope Cruz.

Bien es verdad que algún momio habrá tenido con respecto a cualquier otra andaluza: según dicen las malas lenguas, ha estrenado colchón, le han pintado el cuarto, y le facilitado algunas otras gollerías de las que nos iremos enterando, y que SÁLVAMES y compañía se ocuparán de airear; pero no serán, sin embargo, tantos privilegios como los que disfrutaba Franco, que, por cierto, también era atendido en la sanidad pública.

Yo sé que al chiquillo, siendo hijo de quien es, no le faltarán regalos. Imagino a todos los Consejeros, cargos electos y de libre designación, como los pastorcitos del portal de Belén, ir en fila a ofrecer sus humildes presentes a la madre y al niño (al padre, nada; ya estamos acostumbrados a nuestro nulo protagonismo en los partos). No creo que le falten pañales y ropa, como dice el villancico, pero me hubiera gustado regalarle una cajita de esas que llevan polvos de talco, jabón de baño y colonia de la marca adecuada a los recién nacidos. Como no puede ser, vaya desde aquí MI FELICITACIÓN y mis mejores deseos para el chiquillo y sus padres.

Salud para criarlo. Y muchos ánimos para que no sea hijo único.

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